Revista de Libros |
No. 4 l Agosto 2005 |
Colombia en el diván Por Silvia Rivera Contrario a países de América Latina como México y Argentina en Colombia la presencia de los psicoanalistas en la vida pública es más bien escasa y los intentos por hacer del psicoanálisis un espacio de reflexión social son bastante tímidos. De ahí el gran valor del libro “Colombia en el diván”. En esta recopilación póstuma de los artículos Clarita Gómez de Melo vemos a la psicoanalista antioqueña salir de su consultorio para explorar las profundidades psíquicas de Colombia à través del análisis de los encuentros y desencuentros que se dan al interior de la diversidad que nos constituye. Clarita Gómez presenta una Colombia que necesita reconstituir los rastros de la historia colectiva que en el dolor de la violencia y en la urgencia del día a día nos impide frecuentemente pensar en un porvenir. Haciendo uso de la misma técnica que se aplica para acompañar a un paciente a analizar su vida, ella nos invita a deconstruir y a producir algo de esos episodios, esos personajes y esos elementos olvidados de la historia de nuestro país. Para una sociedad que ha resultado del encuentro violento de dos mundos, una cultura que es producto de la violación de la aborigen por el conquistador, la única salida de la espiral de violencia y exclusión que nos encierra es generar las condiciones apropiadas para ocuparnos de las nuevas generaciones. Solo así será posible romper el lastre de sumisión y maltrato que han cargado varias generaciones de “abortos criados”. La invitación está dirigida a los padres de familia, los educadores, el gobierno y la sociedad entera para que ponga como centro de sus prioridades la atención a los niños y jóvenes de nuestro país. Estos artículos invitan también a luchar contra el olvido. Ese en el que a veces caen personas y cosas maravillosas que han surgido en el movimiento continuo de la diversidad cultural de nuestro país. Así, à través de estas páginas podemos descubrir o redescubrir el trabajo del biólogo Víctor Manuel Patiño, de la antropóloga Virginia Gutiérrez de Pineda o del geógrafo Ernesto Guhl. Podemos también admirar la magnífica arquitectura de la biblioteca del Tintal en donde ocurrió el gran milagro de haber hecho de un botadero de basuras un lugar mágico donde un publico de todas las edades se reúne para descubrir otros mundos a graves de la lectura. Una bella metáfora convertida en propuesta social. Así con su gran calidad humana y su excelente sentido del humor esta psicoanalista que toma el lugar de columnista nos convence de la posibilidad de tener un futuro mejor. Porque como ella lo dice “viéndolo bien, ¡la mierda es abono y hemos comido mucha”. |