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Revista de Libros
No. 10  l  Diciembre 2006


Watchmen
Por Alan Moore y Dave Gibbons
(Vertigo)

Por Javier Moreno

" Mira, yo era un superhéroe." (Noel Gallagher)

Una súbita crisis vocacional a los diez años me llevó a considerar la carrera de vigilante nocturno (y miope) como una opción. Mi inspiración era Daredevil . Alcancé a diseñar un uniforme y armas, e iniciar mi entrenamiento bajo la recia disciplina de un arte marcial de cosecha propia, pero renuncié a los pocos meses al descubrir que no había modo de que mi mamá me dejara estar fuera de la casa luego de las diez de la noche. Frustrado, viré mi rumbo hacia las matemáticas. Nunca regresé a las calles.

No se puede ser un héroe y al mismo tiempo ser . Lo heróico, por lo general, requiere una renuncia plena a la vida, además de una buena dosis de locura. Los héroes son hombres frustrados, descontentos con el mundo. Actúan como actúan porque no lo soportan, no toleran que la realidad sea independiente de sus deseos. Son egoistas. Por eso hay que desconfiar de los héroes. Hay que cuidarse de esos que con tanto ahinco pretenden protegernos. No hay nada más peligroso que un defensor del resto porque no hay quien nos pueda defender de él. En realidad, su némesis no son los supervillanos, ellos son sólo su excusa para existir. Nosotros constituímos su mayor amenaza.

¿Quién vigila a los vigilantes? ¿De quién nos protegen?

Watchmen es una novela sobre superhéroes que abandonaron sus máscaras o que fueron condenados a padecerlas por siempre. Son héroes que se quedaron sin Salón de la Justicia y ahora, regularizados, se avergüenzan de su pasado, lo niegan, pero al tiempo les apena haber renunciado a sus principios, haber claudicado a esas identidades duales que los protegían y engrandecían. Sin ellas no son nadie, con ellas no eran nada.

Hay muchas novelas y películas dedicadas a explorar el tema de las vidas privadas de los superhéroes. Es casi que un lugar común. Watchmen , sin embargo, precede históricamente a las demás y, por más de un motivo, las supera. Alan Moore pretendía con Watchmen sentar un hito en la historia del comic -su propio Moby Dick , dice- y en mi opinión lo logró con creces. No conozco una novela gráfica más rica y mejor lograda narrativamente hablando. Los personajes, interesantes, complejos y bien desarrollados, son encarrilados con maestría sobre una narración no lineal a varios niveles y varias voces. La historia arrasa y sorprende, nunca pierde el ritmo, nunca se estanca, nunca se agota. El cierre, trágico, es de antología.

Son varios los hilos conductores de Watchmen . A las voces de los personajes, las notas de prensa y los apartes de diarios íntimos se suma la lectura de un sub-comic de piratas, Marooned , que narra la historia de un náufrago que se embarca en un accidentado viaje de retorno a casa para salvar a su familia de una amenaza desconocida. Marooned , sutilmente, sirve de intermediador entre las diversas historias y alegoría recurrente al papel, actitud y motivaciones del héroe arquetípico. Este es sólo uno de los divertidos giros estructurales de la novela.

La restricción de Moore con respecto al uso de narradores omniscientes y globos de pensamiento obliga a Gibbons, el dibujante, a ser particularmente cuidadoso en los detalles de los páneles y el lenguaje corporal de los personajes. Los dibujos de Watchmen actúan. El resultado es casi cinematográfico y por eso no sorprende que varios directores, desde su publicación, se hayan interesado por el proyecto de adaptar Watchmen al cine. Este proyecto, sin embargo, no ha tenido éxito hasta el momento en parte por la reticencia de Moore y en parte por la esencia misma de la narración, que parece requerir el formato del comic para poder existir. En este sentido, el libro es casi que una lección en la práctica de las posibilidades expresivas del comic, de su necesidad como medio.

El autor: Alan Moore

Este gurú místico, visionario, escritor, anarquista, mago y músico inglés es, en opinión de muchos, el mejor escritor de comics vivo. Siempre independiente, siempre experimental, siempre impactante, el trabajo de Moore se caracteriza por sus narraciones desde varias perspectivas, sus agudos comentarios de crítica social, la complejidad moral de sus personajes, la riqueza estructural de sus historias y la calidad literaria de sus textos. Otras de sus novelas gráficas incluyen V for Vendetta , From Hell -ambas adaptadas con mediano éxito al cine- y la reciente Lost Girls , una revisión pornográfica de las historias clásicas de Alicia, Wendy y Dorothy. Vive actualmente en Inglaterra.

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